Ser sacerdote (IX): Pasto - El ministerio sacerdotal I

Lo más bello que tiene Nariño es su gente: personas buenas, trabajadoras y con una fe pristina y consolidada... da gusto presidir eucaristías allí.... la gente va a lo que va: oran, participan activamente, se dejan interpelar de la Palabra y la predicación y llenan los templos con sus voces y su presencia... sus rostros se ven ávidos de la Palabra de vida, denotan su acogida y aprecian en mucho el servicio que como sacerdotes se les presta... lo consienten a uno hasta más no poder!

Tengo un muy buen recuerdo de las eucaristías con el pueblo pero también tengo que hacer notar la docilidad y cortesía de los seminaristas pastusos, es muy fácil así ejercer la paternidad espiritual que nos compete como formadores de seminario. Se nota el aprecio que el pueblo nariñense guarda cuando notan que uno está dando todo y lo mejor de sí mismo en su favor!

Tres cosas le compenten por naturaleza a un sacerdote (el triple munus, como dicen): enseñar, dirigir y santificar, ello como extensión de la tarea de la Iglesia y no de forma exclusiva sino al modo propio del sacerdocio ministerial. El sacerdote, que sacramentalmente actua in persona Christi, actua en el mundo a la manera de Cristo Maestro, esto es, desde el conocimiento teológico espiritual que le compete por su formación y experiencia-camino de Dios ofrece a sus hermanos y hermanas la sabiduría de Vida que les permite avanzar también a ellos en el llamado a la santidad que Dios les hizo desde el día de su bautismo. A más de esto el sacerdote dirige a la porción del Pueblo de Dios que le es encomendada con la autoridad del Espíritu Santo que le es propia por el carisma-ministerio que ejerce en la Iglesia. Por último, el sacerdote santifica a su pueblo, no solo con la fuerza del testimonio que se le exige por ser quien es, sino con la gracia sacramental que deviene del Sacramento del Orden que le es otorgado en el Diaconado y en el Presbiterado; en nombre de la Iglesia y por delegación de su Obispo, ejerce la potestad-tarea de Cristo para santificar a su pueblo a través de la riqueza de los sacramentos de la Eucaristía, la Reconciliación (penitencia o confesión le llaman algunos) y la Unción de los enfermos (sacramento de sanación que por sí solo nada tiene que envidiarle a los milagreros que se autopublicitan hoy en día).

Esta triple tarea la pude vivir a cabalidad allí en la diócesis de Pasto; en mi tarea como formador pude incursionar en usar las herramientas web para apoyar el proceso de aprendizaje en el Seminario... extrañé eso si mi trabajo de formación con los laicos asociados... snifff..., creo que también fue una muy buena oportunidad para sistematizar la experiencia en planeación estratégica aplicada al proyecto personal de vida y al proyecto de vida comunitaria que había ganado en Honduras... fruto de ellos son estas diapositivas que se han ganado el record de visitas (8273 al dia de hoy) en el material que tengo colgado en internet... agradezco mucho a los estudiantes del curso de 2007, en los diferentes cursos que trabajé, la experiencia que me permitieron ganar en este jointventure del conocimiento que iniciamos allí.

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