UNA DECISIÓN SOLO ES VERDADERA DECISIÓN CUANDO SE VUELVE A TOMAR (I)

Después de año y medio de haberme retirado del ministerio tengo varias certezas que les quiero compartir con tres intereses especialmente:

- Que mi experiencia pueda iluminar a otros hermanos en el sacerdocio que se encuentren repensando su caminar vocacional
- Que mis amigos y amigas que acompañaron y gozaron de los frutos de mi ministerio clerical puedan entender qué pasó (pregunta que me han hecho varias veces ellos...)
- Elaborar mi interioridad a través de este escrito para vivir con plenitud mi nuevo estado de vida

Comienzo entonces....

Certeza 1: FUI ELEGIDO PARA SER SACERDOTE, LO SOY Y LO SERÉ SIEMPRE

El origen de mi decisión por renunciar al ministerio clerical (que no al sacerdocio) estuvo precisamente en mi inquietud por no fallarle al sacerdocio... ciertamente algo paradójico, porque saliéndome igual le estaba fallando al mismo... pero en fin, en su momento la experiencia de enamoramiento que estaba viviendo, y lo que alrededor de ella se suscitó, me hizo pensar que no podía traicionar aquello que amaba tanto y que había defendido con celo; que no podía traicionar la sinceridad con que hasta ahora había querido vivir mi ministerio; que no podía fallarle a la gente que creía en ese ministerio (a uds.) y que la mejor solución era vivir lo que estaba viviendo y quería vivir separado del mismo, para evitar ser de aquellos que han provocado escándalos públicos y dañado la imagen de la Iglesia y Congregación a las que amo profundamente y por tanto cuidé de no causarles el más mínimo daño.

En ningún momento dudé de haber sido elegido para el sacerdocio. En ese momento, hoy y mañana, seguramente, sabré en mi interior que Dios me llamó a dedicar mi vida a Él y a su Iglesia en el seno de la Congregación para el servicio y cuidado de su Pueblo... a santificar, enseñar y gobernar en ese mismo pueblo por Gracia de Dios... por distintas circunstancias de vida (que espero seguir compartiéndoles y en tanto considere que no pertenecen al fuero interno ) tomé la decisión firme de emprender un proyecto de vida distinto al clerical.

Porqué la distinción que hago entre sacerdocio y ministerio clerical?... porque el sacerdocio, que es sacramento que imprime carácter, no se agota en el ministerio clerical, le rebasa y tiene un significado en el orden ontológico en el cual, a pesar de no ser o ejercer como clérigo, igual continua en la vida del sacerdote, pues teológicamente éste es sacerdote constitutivamente, en su ser, en su escencia y por tanto no puede desprenderse del Orden sagrado aun cuando no lo esté ejerciendo... SIN EMBARGO... tengo que decir también que un sacerdote que no es o actúa como clérigo es también un sacerdote "a medias" en términos prácticos, pues el Sacerdocio alcanza su razón plena de ser en el ministerio clerical, esto es, en la actividad sacramental de presidir la comunidad en la Eucaristía, perdonar in personae Christi los pecados de su grey, santificándola con los demás sacramentos con el querer y la venia y potestad de la Iglesia.... un sacerdote que no es clérigo no puede celebrar lícitamente ningún sacramento: ni la Eucaristía, ni la Reconciliación, ni cualquier sacramento a menos que haya necesidad pastoral por peligro de muerte. En sentido estricto esto es una parte esencial del quehacer pastoral del sacerdote, aunque este quehacer no se agota en lo sacramental... hay otras responsabilidades y compromisos de fe que se le piden por ser quien es...

Total, sé que soy sacerdote por la Gracia y elección de Dios, en tanto mi ordenación fue válida y yo la solicité y acepté actuando en conciencia y queriendo ser fiel a las promesas sacerdotales de pobreza, obediencia y castidad y a los compromisos de orar siempre por el Pueblo de Dios y en nombre suyo y de permanecer célibe con mi corazón indiviso en el amor a Cristo y su Iglesia.

... esto ya está muy largo, así que continúo en el siguiente artículo... siéntanse en toda libertad de hacerme sus comentarios a éste y los demás artículos...

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