UNA DECISIÓN SOLO ES VERDADERA DECISIÓN CUANDO SE VUELVE A TOMAR (II)

En Julio de 2007, luego de haber participado en el I Congreso Eudista de Formación y en el Consejo Provincial Ampliado de la Congregación por invitación directa del Provincial, tuve la gracia de preparar y ofrecer el retiro de inicio de semestre para los estudiantes de Filosofía del Seminario Mayor de la Congregación... el retiro lo titulé "Proyecto Personal de Vida, al Padre por el HIjo en el Espíritu Santo" y era una reflexión sobre la vocación, el éxodo y la acción de la Trinidad en el caminar vocacional, enriquecida con la metodología de planeación estratégica en orden a elaborar un plan personal de vida.

Ciertamente lo dicho allí fue profético (en el sentido oriental de Dios que habla y descubre su Voluntad... el sentido occidental griego da a lo profético un sentido de "oráculo", de adivinación del futuro que nada tiene que ver con el sentido bíblico del término) y en sintonía con el dicho "médico cúrate a tí mismo" fue palabra de verdad que dije pero faltaba experiencia de vida para actuar conforme a ello.... nos suele suceder a los sacerdotes que hablamos la verdad de Dios y sólamente comprendemos lo que decimos hasta mucho tiempo después... todo el tiempo uno vive que la Verdad que se predica sólo es verdad de uno mismo como momento segundo... el momento primero es Dios que con su Espíritu sabe qué dice, cuándo lo dice, a quién lo dice y cómo lo dice!... con rázón la Iglesia nos enseña que si bien la Gracia se encarna en el ser humano (visto como persona y como comunidad humana concreta y con todo su límite y potencial), ella es libérrima en el alcance de lo que hace y comunica. Lo humano condiciona la Gracia en tanto la filtra para los demás pues el hombre solo comunica lo que su humanidad le permite comprender y comunicar, pero al final el Proyecto de Dios SIEMPRE se hace realidad.... El Espíritu se las ingenia, busca y busca personas -como tú y como yo- que le dejen irrumpir en la historia y dentro del límite de cada uno hace una sumatoria de voluntades humanas que impregnadas de su toque divino hacen irrumpir histórica y diáfanamente, la Voluntad de Dios.

En ese retiro expresé, con lenguaje más de charla espiritual y teológica, algunas de las certezas que les comparto. Hé quí otra:

CERTEZA 2: LA VIDA SE VIVE EN ÉXODO (I)

Algunas disquisiciones teológicas de preludio al tema....

La Revelación de Dios expresada en la historia del pueblo de Israel se convierte en paradigmática para el ser colectivo e individual del género humano; esto es lo que hace que la palabra que narra esta historia (ver Antiguo Testamento) sea luego reconocida por la comunidad creyente como Palabra de Dios. Aspecto nuclear de esta historia es el recorrido del pueblo de Israel en el Éxodo (narrado en diversas versiones y enfoques en el libro del Éxodo y en el Deuteronomio), y más ámpliamente, el recorrido histórico de Israel para pasar de ser grupos esparcidos de esclavos y bandidos del desierto a pueblo elegido de Dios bajo la tutela de los jueces (narrado en el Pentateuco).

El movimiento básico del Éxodo es salida - desierto - cumplimiento de la Promesa de Dios; en este caminar Dios se identifica como Dios de la Alianza, Dios Salvador-Liberador, Dios Justo y Dios Fiel y en este mismo caminar el pueblo de Israel va descubriendo-construyendo, en diálogo con Dios, su propia identidad-vocación-misión que es la de ser Pueblo de Dios. La vocación se construye entonces como un proceso dinámico donde dos sujetos (Dios y el hombre) interactuán dialéctica y dialogalmente evidenciando y hallando en él la Verdad; Dios se revela y el hombre comprende y aprehende en su humanidad la Verdad comunicada por Dios y se va autocomprendiendo en su identidad de imagen y semejanza de Dios y, más tarde con Cristo, de hijo de Dios en el Hijo llamado a una misión, específica por vocación, en el aquí y ahora de su historia.

Como más tarde lo evidenciará claramente la Carta a los Romanos (Rm 7-8), el ser humano se construye en el debate entre el espíritu de la carne y el Espíritu de Dios, pero lejos de una mentalidad maniqueísta que escinde lo divino de lo humano ello es reflejo también del plan de Dios sobre cada ser humano y sobre todo el género humano: nos descubrimos en nuestra identidad:

  • En medio del conflicto que surge de nuestro deseo insatisfecho y la opción de cómo realizarlo (espíritu de la carne Vs. Espíritu de Dios),
  • en el confrontrarnos con el querer conocido de Dios y
  • en la decisión sinérgica que de este confrontar sale; y digo "sinérgica" porque hay un elemento de inercia que, por la atmósfera que rodea el momento de la decisión, dirige inconcientemente a la decisión conciente que se toma.

Gracia y pecado forman parte de la misma realidad y aún a pesar de la decisión sinérgica y en absoluto poder sobre el pecado, en esa misma realidad, Dios Providente construye su visión de la historia, una historia que camina irremisiblemente a la Plenitud en Cristo Jesús. El arte del Acompañante Espiritual en un momento de crisis vocacional está entonces en:

  • Ayudar al sujeto (persona o comunidad) a descubrir la raíz del conflicto, el deseo insatisfecho que se hace pulsión que desacomoda y relanza - porque exige - a una nueva realidad.
  • Reconocer en la propia historia, toda ella, el querer de Dios que se proyecta como llamado "desde el mismo vientre"; en la doble dimensión de la palabra "vientre": la que se proyecta como constante desde el pensamiento de Dios que engendra el alma con una misión-deseo de Padre y la que identifica la pulsión interior que llama al ser del sujeto a ser lo que es y busca ser. Esto supone confrontar al sujeto no solo consigo mismo sino también con la Palabra y la Comunidad en que está inserto.
  • Cavar en el inconciente del sujeto para que éste reconozca lo que puede condicionar su motivación y su decisión, bien porque lo que condiciona proviene del mismo sujeto, bien porque hay elementos externos que orientan de algún modo la decisión.

Esos tres elementos (causa del conflicto, querer de Dios, decisión sinérgica) son los 3 elementos base de cualquier experiencia de Éxodo, son los que impulsan a su movimiento primero (Salir...) y son a los que una y otra vez ha de volverse el sujeto para orientar su caminar a la "tierra prometida" en medio de su "Éxodo" y con ello rebasar el "desierto" que todos tenemos que atravesar para llegar allí.

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